Sandy va a pasar el verano con su tío a una isla, pero allí se aburre porque no ni tiene amigos ni diversiones. Lo que no podía imaginar era que un delfín, al que le salva la vida, se iba a convertir no sólo en su mejor amigo, sino además en un valioso aliado para demostrar que unos desaprensivos se dedican a verter en el mar residuos tóxicos.