Antonio, un pistolero de la banda terrorista ETA, días antes de cometer un atentado, conoce a Charo, una drogadicta de dieciocho años que, a pesar del ambiente sórdido en el que ha crecido, conserva todavía la ingenuidad. Él ha dedicado su vida a una causa en la que ya no cree y su malestar crece al sentirse atrapado en un callejón sin salida donde todo es destrucción y muerte.